domingo, 23 de mayo de 2021

PENTECOSTÉS

  PENTECOSTES:

“Hermana, hermano, si adviertes la oscuridad de la soledad, si llevas dentro un peso que sofoca la esperanza, si tienes en el corazón una herida que quema, si no encuentras una salida, ábrete al Espíritu Santo.” Papa Francisco.

Que hermoso encuentro con El Señor vivo, resucitado, en el Pan, en su Espíritu Santo. Hoy fue un día tan especial, porque pude tener la dicha de vivirlo encontrándome con Aquel que me ha Amado ( y a tí también) desde la Eternidad. 

Y en este amor que nos tenía nuestro Dios en San Juan 20,19 -23, Jesús sopla el primer aliento de vida, aquel que haría nacer de nuevo a los discípulos para la vida eterna. Lo hace el primer día de semana (Día Domingo, día del Señor). Dejándoles lo más preciado, Su Paz, aquella paz que haría salir sin miedo a predicar, a bautizar a todos (bebés, niños, adultos), a confesar pecados, a amar a cada uno de los seres humanos, con un amor, paterno, materno, y fraternal. Les dice además "A quienes perdonen los pecados les serán perdonados y a quienes les retengan se los serán retenidos" haciendo referencia al Sacramento de la Confesión. Poder que les es confiado sólo a los discípulos de Cristo.

Y ahora nuestra madre la Virgen María que siempre nos acompaña con maternal amor, en esta escena acompañada de los discípulos, después de que Jesús ha subido a los cielos, en Hechos de los Apóstoles 2, 1-11 se escucha un fuerte estruendo, como cuando llega alguien importante, quien baja es el Espíritu Santo de Dios. Es ahí como nace nuestra amada Madre la Iglesia, aquella que desde ese momento, da el alimento para el alma, que cuida con celo al Papa, que vigila a sus fieles laicos, y vela por el mundo entero, en donde encontramos el Amor más Puro, las gracias más hermosas, los dones, los carismas, ese fuego encendido que estoy segura tú también lo has experimentado alguna vez, y si no, estoy convencida que Dios hará de todo para hacer que lo sientas. Como Cristo a la cabeza, y nosotros como su Cuerpo, la Santa Iglesia, somos UNO.

Por todo esto y más tengo que dar gracias al Señor, porque no sólo nos deja Su presencia física, también nos ha dejado a Aquel que quema por dentro, que puede hacer todas las cosas nuevas, a Aquel para quien Nada es Imposible, que nos Ama tal y como somos. 

Ven Espíritu Creador, nuestras almas visita

y tu gracia infinita infunde el corazón, Tu eres el abogado, 

Don de Dios, viva fuente, fuego y amor ardiente, 

y espiritual unción. fuente de siente dones, Mano de Dios abierta,

del Padre rica oferta, Álito inspirador. Infundenos tu lumbre, 

y con Tu viva llama el corazón inflama, dale fuerza y vigor

aleja al Enemigo, Danos Paz y victoria, 

Guíanos a la Gloria, Divino Defensor

Obtennos conocerte, Espíritu Divino, 

vivir en tí Dios Trino y Disfrutar de Tu Amor, amén.

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