miércoles, 1 de junio de 2016

El perfume de las Rosas

El día de hoy quiero comenzar con esta reflexión acerca de mi alma.
Todos los milagros son posibles cuando vivimos en Dios. Con el sólo hecho de aceptar sus promesas nuestra vida comienza a cambiar. Sembramos en nosotros mismos el espíritu de la buena vida en Dios, y todo comienza a crecer por medio de su poder, las rosas de los milagros crecen y son posibles de percibir ante los sentidos de las personas que nos rodean.
Hace que contagiemos todo lo que está a nuestro alrededor. Nuestras relaciones se renuevan y se hacen frescas como el olor a húmeda tierra. Los colores de nuestra casa se hacen más visibles a nuestra vista pues entra la luz por la ventana que hace que todo vibre de una manera más purificante, y brillante. La luz de nuestra vida está encendida, porque nos encontramos con nosotros mismos y somos capaces de ser la herramienta por la cual Dios se manifiesta.
La magia verdaderamente existe. El poder de lo inexplicable también existe. Es mío y tuyo, de nosotros ahora. Sólo hay que recoger las bendiciones que por siempre han sido nuestras, pues han estado ahí sembradas en nuestro jardín, bien florecidas y perfumadas, son perfectas para nosotros. Nuestra salud que es perfecta, nuestros ingresos que son abundantes, nuestro bienestar, nuestra felicidad, nuestra pareja que viene de Dios, nuestros padres, amigos, y todas las bendiciones que tenemos ya ahora. Agradezcamos por lo que Dios está renovando en nuestras vidas. Porque el nos ha dado ya sus frutos deliciosos.


No hay comentarios:

Publicar un comentario

Virgen de Fátima