Señor mío, esta navidad fue hermosa. Por primera vez estuve acompañada de mi mami y mi hermano Roger a la misa de Gallo en la iglesia de las Carmelitas. Te cuento que, me puse muy sensible, desde que te he comenzado a amar y conocer mi corazón se ha hecho más sensible. Había una oración que ibamos a rezar antes de la misa los tres, entonces al leerla y ver todo el agradecimiento que decía en la oración comencé a recordar todo aquello que me has permitido vivir, y tenía muchas ganas de llorar, tuve que pedirle a mi mamá que terminara pues no podía continuar de la emoción al verte pequeño y ver los frutos que has hecho a mi alrededor.
Permitiste también que llegaran mi papá con su esposa y mis hermanas, y su suegra, mis dos hermanos, te cuento que mi hermano Fausto se va a casar... fue una noche muy especial porque sabes hace años que no habíamos pasado juntos, esta es la primera vez que compartimos en mi casa y fue muy hermoso.
Todos estos milagros y hechos de esta hermosa noche no hubieran sido si no gracias a Ti y tu amor.
La familia es el tesoro más bonito que podemos tener. Y por lo que siempre te he pedido. Yo sigo confiando en Ti y viendo como sigues obrando y trabajando.
Sé que esperas mucho más de mí, y quisiera poder sentarme contigo y planificar todo para brindarte más amor, también de una manera más organizada, aunque tu siempre me sorprendes con lo que haces cuando hace falta algo, siempre aparece aquello que faltaba, porque siempre me estas escuchando y siempre has estado pendiente de mí.
Gracias por ser mi padre bueno, los años pasan y a veces me deprimo porque no me caso, y ese sueño aún lo tengo en mi corazón, esperando ese día en que pueda encontrar aquel hombre que sea mi esposo, y que sea el que Tú has escogido para mí.
Sigo diciéndote Señor, que me cuides, no sé cómo actuar, a mi alrededor las personas tienden a no amar de verdad, sólo encuentro superficialidad, y eso me llena de tristeza también.
Te quiero pedir que les llenes de amor a cada persona, y me perdones por no ser más centrada en tí, y no hablarte o escribirte como antes, sigo sintiendo que debo confiar en Ti, y que me perdones, que te entrego todo lo demás, y que perdones mis descuidos, de hecho no me gusta decir que no tengo tiempo para Ti, porque en realidad eres el Más importante de mi vida, y eres siempre quien decide todo en mí, yo siempre me he dejado guiar por tí y abandonarme.
Gracias por el transcurso de mi vida, te la ofrezco, tu me has enseñado y me sigues enseñando Señor.
Te amo
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