lunes, 17 de septiembre de 2012

Encuentros del destino


"Hagan venir a mi pueblo, que tiene ojos pero está ciego, y tiene oídos pero está sordo. Reúnanse todos los pueblos, júntense las naciones."

 Isaías 43: 8-10


Dios busca siempre las formas para reunirnos a todos en su nombre, Él es un Dios que nunca descansa, nunca duerme, su poder se hace ver en la actualidad, en un mundo globalizado y conectado de todas las partes del mundo.

Su amor y justicia nos toca con un simple pero magnífico párrafo en donde nos llamas a todas las naciones, sin distinción de raza, sin distinción de lengua, pues nos conecta el mismo lenguaje, EL VERDADERO AMOR, y él conecta espíritus y almas que van volando desde lo más remoto hasta lo más cercano.

He tenido la oportunidad de conocer personas de todo el mundo, sin tener la necesidad de salir de mi país, cada persona ha sido muy especial, a pesar de que el Internet tiene ciertos elementos desagradables. 

A pesar de las diferentes lenguas e idiomas, se puede reconocer y sentir  la presencia de nuestro Padre querido, cuando hablamos de Él.


Todos son muy amables, y comparten anécdotas que se vuelven experiencias y enseñanzas para cada uno de nosotros, llevamos el nombre de Dios en nuestras palabras, y los momentos así sean cortos, los disfrutamos, combinamos experiencias no tan agradables también, aquellas cosas que nos hacen crecer cuando nos equivocamos, hay risas y asombro cuando hablamos acerca de nuestras diferencias culturales, pero lo mejor de todo, es que cada persona cumple un papel importante, todos conformamos una parte del cuerpo de Dios, cada quien con un estilo y personalidad diferente, que hace mucho más interesante nuestras reuniones.

Espiritualmente Dios nos ha tocado de diferentes maneras, y ha creado en cada uno de nosotros una fé única que cada día crece y crece, como un granito de mostaza.

Pinta Él y sólo Él nuestros días, llenandolo de nubes grises y de hermosos paisajes, como una canción que toca sin parar, como si nuestras manos se juntaran y transmitieran energía, las vibraciones de las palabras y las miradas, la timidez que enfrentamos al hablar, pero todo tiene un punto, un objetivo, Dios es quien nos inspira, quien nos abre el corazón, para expresar lo que Él nos quiere decir, para dejarlo hablar a través de nuestra boca, es hermoso sentir, cuando Él se apodera de nosotros, cuando cerramos los ojos y tenemos su imagen en nuestra mente, cómo Él se manifiesta en diferentes idiomas, lo que Él hace, y como nos hace sentir.

Sensación indiscutible de pasión, fuerte emoción, calidez al escuchar su voz, y sentir la alegría que él nos esparce en cada átomo de nuestro ser, en lo más mínimo de la existencia, ese algo sin explicación, que de un momento a otro, nos llena de placer, de satisfacción.

Oh! Dios! Tú eres la realidad de todos, y en tu nombre yo vuelo, en tu nombre yo hablo, por tu nombre yo vivo. Bendición del cielo, que me llenaste mi ser con tu soplo divino. Nunca duermes, y me tienes inquieta por las madrugadas, sin dejarme dormir, sintiendo una emoción inexplicable, que con todos mis hermanos quiero compartir.

Mi realidad, mi bendición todo viene de tí Dios, unidos todos, juntos caminamos tomados de las manos, abrazados de la vida, compartiendo tu sabiduría, gracias Padre, que me has dado una familia tan grande, que no me alcanzan los dedos de la mano para contarlos, porque mis hermanos están en todos lados.



No hay comentarios:

Publicar un comentario

Virgen de Fátima