martes, 9 de febrero de 2016

Nunca es tarde para empezar

La vida es hermosa, y debemos luchar por nuestros sueños. Los responsables de todo lo que nos ocurrirá somos nosotros mismos. Si dejamos de soñar lentamente nos consumiremos. Soñemos de nuevo y despleguemos nuestras alas para volar bien alto.! Hasta la cima de la montaña, donde escuches mi eco! Bien fuerte, bien orgullosa de mí! Llegaré bien lejos, este es mi sueño, nada lo impedirá, pues tengo a un buen Dios que me ama, que cada día me regala miles de bendiciones y quiere lo mejor para mí. Tengo fé en que el viaje es largo hay muchas piedras en el camino que deberé lanzar, o gracias a ellas aprenderé. Con la sabiduría que todos los dias a Dios le pido. Que sea sólo Él mis ojos, mis labios, mis manos, que en mí el reine y cree sus maravillas. Que me haga siempre de fé siempre valiente siempre soñadora y realista. Por Él es quien yo vivo. Porque de su dulce boca y su preciosisimo corazón emanan todos los sentimientos más bonitos entre esos está el amor. Te amo Dios mío, dame la Fé y la valentía y tu armadura protectora para salir adelante mi vida. Porque sé que este fuego eterno que me rodea me da la fuerza suficiente para ser feliz. Yo todo lo puedo. Soy tu princesa por quien tú diste la vida en esa cruz. No me rindo, más bien, me lleno de valor en todo lo que hago. Lo bendigo con mi boca. Te amo Dios. Un amor eterno, eso eres tú. Haz de mí cada día más bello. Haz de mí una mejor persona, una mujer hermosa, quien con cada paso que da se vuelve mas bella, más digna de todo tu amor mi Rey de Reyes, eres eterno. Te amo porque cada día me reanimas el sueño, por eso lucho, con alegría, trabajo con amor, estudio con amor bajo tu nombre, te amo Dios y amo a todos como tú nos amaste. Con tus preciosos ojos, los que miraron con misericordia, perdón, y amor. Yo sé que todo lo puedo. Que mis sueños se hagan realidad. Que tú Dios mío me llenaras de todo lo necesario para ser feliz. Dios mío te amo, y me merezco lo mejor, porque soy la mejor, cada día creeré en tí más que en nada. A pesar de las turbulaciones Dios mío, acuestame en tu regazo y hazme ver, hazme sentir, y que mis decisiones sean tomadas bajo tu infinito amor. Transforma mi corazón de la manera más increíble mi Padre Celestial, que estás aquí para darme tu aliento. Te amo.

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